¡La cerveza belga es patrimonio de la humanidad!

birra Belgio Unesco

 

Comac sabe muy bien que la cerveza representa una verdadera institución en Bélgica: fíjense en el Brussels Beer Challenge, que Comac lleva tres años patrocinando, o en las historias que nuestro amigo Lorenzo Dabove “Kuaska” ha contado en las páginas de este blog… Finalmente, esta tradición acaba de ser reconocida oficialmente: desde finales del 2016, la cerveza artesanal belga forma parte del “Patrimonio Inmaterial de la Humanidad”, un listado preparado y actualizado por la Unesco.

Ya desde el 2003, esta lista incluye cientos de tradiciones provenientes de todos los países del mundo y dignas de ser tuteladas (precisamente como pasa con los monumentos más conocidos), debido a su valor fundamental para la identidad de los pueblos.

La cerveza belga corresponde precisamente a esta definición, según la misma Unesco explicó al incluirla en la lista.

“Producir y apreciar la cerveza forma parte de la experiencia de muchas comunidades en toda Bélgica. Juega un papel importante en la vida diaria y en las fiestas. En el país se producen casi 1500 tipos de cervezas, utilizando distintos métodos de fermentación. En particular, a partir de los años ochenta, las cervezas artesanas se han vuelto muy populares”.

Otro punto a su favor son las políticas green experimentadas en los últimos años:

“Las prácticas sustentables se han difundido en esta cultura empezando por los envases y embalajes reciclables, y luego con la introducción de nuevas tecnologías para reducir el consumo de agua durante el proceso de producción”.

A propósito de este tema, merece la pena señalar otra noticia, que también llega desde Bélgica: en Brujas – ciudad que, a su vez, forma parte del Patrimonio de la Humanidad – ya está funcionando el nuevo cervezaducto:  3 kilómetros de tuberías subterráneas para el transporte de la cerveza en todo el casco antiguo.

El proyecto, empezado hace tres años y financiado gracias a una campaña de micromecenazgo, tiene el objetivo de reducir el tráfico en el casco antiguo, eliminando los camiones encargados del transporte de cerveza, y mejorando por lo tanto la calidad del aire.

Cuando se trata de cerveza, ¡Bélgica no deja de sorprender!